1. Conceptos y procesos en empresas dominicanas
Al analizar cómo trabajan las empresas grandes en República Dominicana, queda claro que casi todas están empujando fuerte hacia la transformación digital, aunque cada una va a su ritmo y con sus propios retos.
El Banco Popular, por ejemplo, mezcla metodologías como PMBOK y Scrum, y usa herramientas como Jira y Azure DevOps. Tiene una PMO sólida y destina hasta un 20% de su presupuesto a tecnología, pero aún lidia con resistencia al cambio y cierta dependencia de proveedores externos.
El Grupo Universal trabaja con un modelo de servicios compartidos y está implementando DevOps poco a poco. Manejan SAP, Power BI, Tableau y nube en AWS/Azure. Entre sus ventajas están la diversificación y las alianzas con universidades, pero sufren por los famosos “silos” internos y por sistemas antiguos que complican la modernización.
La Cervecería Nacional Dominicana apuesta por Industria 4.0 e IoT. Usa MES, ERP integrados y analítica predictiva. Tienen un laboratorio de innovación muy activo, aunque integrar tecnologías operativas con las de TI y crear una cultura basada en datos sigue siendo un reto.
Grupo Ramos le está metiendo a lo omnicanal y a microservicios. Implementa machine learning para predecir demanda y es fuerte en pruebas A/B. Sus dificultades vienen de sincronizar inventarios en tiempo real y de mantener niveles sólidos de ciberseguridad.
Claro Dominicana trabaja con un enfoque ágil apoyado por recursos regionales. Maneja BSS/OSS, big data y plataformas digitales. Sus procesos de gestión de cambios son muy robustos, pero el despliegue de 5G y la presión regulatoria agregan complejidad.
Cuando ves el panorama general, notas patrones muy claros: el país ya entendió la importancia de metodologías ágiles, ha incrementado su inversión en nube y hay consciencia real de la transformación digital. Pero también hay debilidades repetidas: escasez de talento certificado, mucha dependencia de consultoras, poca madurez en gestión del cambio, documentación limitada y métricas de éxito poco claras.
________________________________________
2. Apoyo estatal al desarrollo tecnológico
En cuanto al rol del Estado, hay buenas intenciones, herramientas útiles y programas que sí aportan, pero también mucha burocracia y poca coordinación entre instituciones.
INDOTEL tiene la Agenda Digital 2030, el FDT y regulaciones que empujan a mejorar la calidad del servicio. Ha dado pasos importantes en ciberseguridad y datos personales. Pero sus procesos son lentos, les toma meses aprobar algo, y no siempre tienen la capacidad técnica para regular tecnologías nuevas.
MITUR ha impulsado trámites digitales como el E-Ticket, apps de promoción y sistemas de información turística. El problema es el presupuesto tan reducido, la mala conectividad en zonas turísticas y la falta de una visión tecnológica de principio a fin. Además, no se coordina bien con INDOTEL.
El MEPyD tiene herramientas fuertes como la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, el SNIP y un viceministerio relativamente nuevo dedicado a innovación. Han avanzado con GOB.DO, interoperabilidad y datos abiertos, pero ejecutan menos del 60% del presupuesto, no tienen suficiente expertise técnico para evaluar proyectos TI y siguen comprando tecnología priorizando el precio antes que el valor.
El Ministerio de Trabajo enfrenta el problema más serio: no hay suficiente talento tecnológico. El país tiene hasta 20,000 posiciones sin llenar al año, pero solo se gradúan 2,000–3,000 jóvenes STEM. Menos del 5% tiene certificaciones internacionales y muchos se van porque afuera pagan el doble o triple. Tienen programas como PRONACAP, pero siguen quedándose cortos y no están alineados con lo que pide el mercado.
En resumen: existen programas, fondos e iniciativas útiles, pero la falta de coordinación y la lentitud institucional hacen que el impacto real sea menor al esperado.
________________________________________
3. Futuro profesional en gestión de proyectos tecnológicos
La buena noticia es que, para quienes quieren entrar en este campo, hay más oportunidades que profesionales preparados. El déficit de talento (15,000–20,000 vacantes) habla por sí solo. Los salarios para perfiles senior rondan RD$150K–250K, y los trabajos remotos internacionales pueden ir de $60K a $150K USD al año. Los sectores con más movimiento son fintech, retail tech, telecomunicaciones y turismo digital.
Pero no todo es color de rosa: la educación técnica aún es limitada, faltan mentores, la infraestructura no siempre acompaña y muchas empresas siguen pensando de manera tradicional aunque usen herramientas “modernas”.
Para destacar, hay competencias clave que sí o sí hay que construir. En hard skills: certificaciones como Scrum Master y PMP, dominio de herramientas como Jira o Azure DevOps, fundamentos de cloud y conocimiento profundo del sector donde quieras especializarte. En soft skills: gestión del cambio, comunicación intercultural, pensamiento estratégico, manejo político-organizacional y liderazgo adaptativo.
Una ruta lógica de carrera sería:
Años 0–2: bases sólidas (Scrum Master, CAPM), experiencia en PMO, y participación en varios proyectos pequeños o medianos.
Años 3–5: certificación PMP, especialización cloud, liderar equipos más grandes y elegir un nicho.
Años 6–10: roles de liderazgo (Program Manager, Director PMO), manejar portafolios grandes y abrir puertas hacia CTO/CIO o consultoría senior.
El camino óptimo combina experiencia local al inicio, especialización internacional en los años medios y luego un modelo híbrido que permita roles estratégicos desde RD trabajando para el mundo.
________________________________________
Mi opinión personal (versión humanizada)
Después de leer y comparar los tres análisis, mi conclusión es directa: este es el mejor momento para entrar al mundo de la gestión de proyectos tecnológicos, pero hay que hacerlo con estrategia, sin romanticismos y con los ojos abiertos.
La famosa brecha de 15,000–20,000 vacantes no es solo un número: es mi oportunidad real de crecer rápido si me muevo bien. Mientras algunos ven caos y falta de talento, yo veo una puerta abierta. El mercado necesita gente, y necesita mucha.
Lo que más me emociona es la posibilidad de trabajar para empresas extranjeras sin tener que irme del país. Ganar en dólares y vivir en pesos es una ventaja enorme. Mis padres no tuvieron ese escenario; yo sí.
En cuanto al Estado, ya entendí que sirve de apoyo, pero no como pilar principal. Las instituciones funcionan, pero lento. Puedo tomar becas o aprovechar algún programa, pero no puedo basar mi futuro en esperar que todo se alinee. Si hago eso, me quedo atrás.
Otro punto que tengo clarísimo es que muchas empresas dominicanas quieren ser ágiles, pero piensan en cascada. Compran la herramienta, hacen el curso, pero siguen con la misma mentalidad. Eso significa que mi trabajo no será solo técnico; voy a tener que aprender a vender el cambio, a manejar resistencia y a mover voluntades dentro de la organización.
Tres cosas que tengo totalmente definidas:
1. No quiero ser generalista. El mercado premia especialistas. Quiero convertirme en “el/la experto(a) en transformación digital en banca” antes que ser un PM que sabe “un poco de todo”.
2. Mis soft skills serán mi ventaja. Cualquiera puede aprender Jira. Muy pocos saben cómo hablar con un C-level, cómo manejar política interna o cómo impulsar un cambio cultural. Y en RD, eso es lo que más hace falta.
3. Voy a moverme rápido. No pienso esperar 10 años para buscar oportunidades internacionales. El costo de quedarse estático es demasiado alto.
Mi único miedo real es acomodarme en un buen salario local y dejar pasar la ventana global, como le ha pasado a muchos. Por eso tengo una regla personal: siempre mantener un pie afuera. Aunque tenga un trabajo estable en RD, quiero tener un cliente internacional pequeño, aunque sean horas mínimas. Eso me mantiene conectada, relevante y lista para brincar cuando llegue la oportunidad.
Al final, las certificaciones ayudan, pero lo que realmente construye carrera es la reputación: proyectos reales, resultados medibles, presencia en comunidades y una red que trascienda fronteras.
La transformación digital no va a parar. La pregunta no es si habrá oportunidades, sino si yo voy a tomar el papel de espectadora… o de protagonista.
Y ya decidí de qué lado quiero estar.
________________________________________
Si quieres, puedo resumir, darle un tono más formal, más académico, más juvenil, o más neutral latino. Solo dime “ajusta el tono” o “hazlo más corto”.


Write a comment ...